Encontrábame yo esta mañana en mi puesto laboral, mugrosa y despeinada porque con el frio me da fiaca bañarme, sin contar mis pronunciadas ojeras desveladas de la filosofía depre de cada noche solitaria, entonces, estaba yo en mi mostrador atendiendo a los estudiantes y de pronto se abre la puerta con ímpetu y entra él con paso decidido, sacudiendo sus rulos en cada tranco, una mezcla de científico loco y trasnochado pibito de peña universitaria: él sabía lo que quería, sabía que no estaba permitido, y venía por un favor, con la seductora sonrisa increíble a flor de labios. Hombres, lindos hombres, hermosas maravillosas criaturas elementales de la naturaleza!... y yo que tengo el sí tan facil!
"Necesito el de biología molecular, pero la última edicion", obvio que yo no puedo ni concentrarme en lo que me está diciendo, mientras lo miro y me empiezo a enroscar un mechón de pelo, típico, já (¡¿donde pongo las manos?!) le respondo sin dejar mi posición ortiba de guardiana del deber bibliotecario: "lo tengo sólo para sala de lectura, para domicilio tengo ediciones anteriores" y se las alcanzo. Él ni las mira, solo busca la tapa azul y amarilla de editorial Panamericana. "Ese necesito", me señala un estante. "Sí", le digo, "pero no te lo puedo dar, es sólo para sala". "Y un fin de semana? qué tal un fin de semana?" me dice en un tono cómplice y lo sabe, ya lo sabe, siempre lo supo, sabe que me puede, sabe que estoy trasladando la frase "Y un fin de semana? qué tal un fin de semana?" a cualquier otra proposición más allá de la vil literatura científica, se me nota en los ojos mientras sigo enroscando mi pelo con pequeños incontenibles movimientos de las puntas de los dedos. Entonces lo miro, frunzo los labios, "mmmmhhh.... (sí fácil, sí fácil!), eh... dejame que lo consulte con la directora... bueno, dice que el viernes a la tarde, a última hora". "El viernes como a las 8 de la noche te parece bien?" (trasládese esa frase a cualquier otra proposición más allá de la vil literatura científica, aaayyyy), "Bueno, dale.... (¡plin!) pero esperá, dejame tus datos (sí, sí!), tu apellido? Ajá, así? listo, chaucito, nos vemos el viernes..."
El chico me agradece con el guiño de un ojo (dios miiiioooooo!!) y se va agitando sus rulos de nuevo. A los pocos segundos mi computadora dice: vive cerquita de mi casa! podría ir caminando a visitarlo! podríamos a las fiestas en la kasa paraguaya punto equilíbrico entre su casa y la mía y decidir dónde pasar la noche! y tiene un año más que yo, podemos hablar de Robotech sin tener que andar explicando nada! y es de un pueblo, mis suegros vivirían en la provincia de Córdoba, quizás si tienen buena onda hasta vayamos algunos fines de semana! Y seguramente le pusieron como segundo nombre el de su abuelo o su padre, qué va a ser, nadie es perfecto. Uuuyyyyy y mirá, mirá qué mail más simple y facil de recordar que tiene!!... usará el MSN? Le responderá un mail a una misteriosa Sauria que le dice que lo conoce, que es amiga de una amiga o algun verso por el estilo? y... capaz que una de estas tarde le escriba unos delirados versos. Capaz.

(neurótica yo? naaahhhh!)
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