Universalidad del Balneario
Como una teoría regionalista de los balnearios e historias de poblados de cara al agua como refresco y recreación, el documental "Balnearios" de Mariano Llinas (Bs. As. 1975), proyectado durante el 2002 en varias oportunidades en el MALBA, siempre a sala llena, es una de esas obras de arte como pocas y que pintan de lleno nuestra idiosincracia de clase media argentina. El film, una sucesión de imágenes puras, sin demasiados artilugios ni filtros ni efectos, pero con un fluído guión de voz en off tan fresco y claro, como las novelas que "leemos" panza arriba en la arena, nos lleva por diferentes balnearios del país.
Comienza con Mar del Sur, un pueblito casi desierto al sur de Miramar (lo conozco!), y una historia de transfondo policial sobre los propietarios del Hotel Atlántico, construído en 1914 y hasta el día de hoy la construcción "de mayor importancia" en ese lugar.
La historia continua con el episodio de "Las playas", que bien podrían ser todas y cada una de las playas de la costa, desde su silencio y desierto en invierno hasta el estallido del verano, con sus sombrillas, personajes bien catalogados, el bañero, los vendedores ambulantes, las noches en "las peatonales", la sala de videojuegos, los comercios (de esa parte, extraje este texto):
"En la época estival los negocios florencen. Infinitos comercios surgidos de la nada ofecen masivamente todo lo que el turista pueda necesitar. Los comercios obran como una metáfora del veraneo: en ellos puede adivinarse una suerte de resumen de la temporada. Dentro de ellos todo es masivo: miles de pelotas, miles de sombrillas, miles de baldes y de palas, de todo hay por miles. Los amontonamientos recuerdan a la barraca de un ejército. A veces estos comercios incurren en el surrealismo: es el caso de las tiendas de regalos. Ofrecen una fauna única y tétrica propia de algun bestiario medieval, un bazar caótico que mezcla lo geográfico, lo zoológico, lo familiar, lo artístico, lo religioso, lo horgareño, lo climático, lo humoristico, lo telúrico, lo cientifico, lo naval, lo soez. Un resumen variado y grotesco del universo."
(Andrés Compagnucci, "Recuerdo de Mar del Plata")
(fíjense en sus casas, seguro encuentran algun "Recuerdo de..." y más seguro aún, encuadra perfecto en la descripción de más arriba)
Luego de algunos balnearios surtidos, llegamos a Miramar, Córdoba, pueblo a orilla de la Laguna Mar Chiquita, que tras una inundación en 1978 dejó bajo sus aguas a 102 hoteles, 200 viviendas, campings, plazas, parques. Sin dudas, uno de los puntos más interesantes de Balnearios es un paseo con un baqueano en su lancha, señalando hacia abajo, en el agua "Acá está el hotel tal, al lado, la hostería tal, más allá, el almacén de don fulano..." también mostrando algunos postes y techos y campanarios que emergen desde la superficie del agua. El documental cuenta con una breve pero contundente visita bajo las aguas, mostrando un poco de esta "Atlántida de los pobres".
La historia termina con Zucco, un artista de la iconografía balnearia, sin dudas un personaje muy querible, emocionado porque su obra cúlmine ("muy merecidamente", como él mismo lo considera) se encuentra expuesta en una sala del Banco Nación. Muy lúcido el tratamiento que el director hace de la humanidad de don Zucco, un auténtico filósofo de barrio.
En fin, sin dudas, Balnearios es un retrato popular, sin demasiadas pretensiones estéticas pero con una mística conmovedora, un material único en su especie, un paseo familiar (llevar sombrilla, heladerita, mate, pelota) por el esparcimiento veranigo de muchos de nosotros.
Atenti: están pasándola por ISAT en estos días. Yo la grabé en la compu, pero salió horrible, super comprimida. Si puedo mejorarla/volver a copiarla, la pongo en un torrent. (nah, no empiecen de vuelta con la perorata, "Balnearios" es patrimonio de la humanidad)
(a Julia, de Esporas, no le gustó mucho la peli, parece...)
Comienza con Mar del Sur, un pueblito casi desierto al sur de Miramar (lo conozco!), y una historia de transfondo policial sobre los propietarios del Hotel Atlántico, construído en 1914 y hasta el día de hoy la construcción "de mayor importancia" en ese lugar.
La historia continua con el episodio de "Las playas", que bien podrían ser todas y cada una de las playas de la costa, desde su silencio y desierto en invierno hasta el estallido del verano, con sus sombrillas, personajes bien catalogados, el bañero, los vendedores ambulantes, las noches en "las peatonales", la sala de videojuegos, los comercios (de esa parte, extraje este texto):
"En la época estival los negocios florencen. Infinitos comercios surgidos de la nada ofecen masivamente todo lo que el turista pueda necesitar. Los comercios obran como una metáfora del veraneo: en ellos puede adivinarse una suerte de resumen de la temporada. Dentro de ellos todo es masivo: miles de pelotas, miles de sombrillas, miles de baldes y de palas, de todo hay por miles. Los amontonamientos recuerdan a la barraca de un ejército. A veces estos comercios incurren en el surrealismo: es el caso de las tiendas de regalos. Ofrecen una fauna única y tétrica propia de algun bestiario medieval, un bazar caótico que mezcla lo geográfico, lo zoológico, lo familiar, lo artístico, lo religioso, lo horgareño, lo climático, lo humoristico, lo telúrico, lo cientifico, lo naval, lo soez. Un resumen variado y grotesco del universo."
(Andrés Compagnucci, "Recuerdo de Mar del Plata")
(fíjense en sus casas, seguro encuentran algun "Recuerdo de..." y más seguro aún, encuadra perfecto en la descripción de más arriba)
Luego de algunos balnearios surtidos, llegamos a Miramar, Córdoba, pueblo a orilla de la Laguna Mar Chiquita, que tras una inundación en 1978 dejó bajo sus aguas a 102 hoteles, 200 viviendas, campings, plazas, parques. Sin dudas, uno de los puntos más interesantes de Balnearios es un paseo con un baqueano en su lancha, señalando hacia abajo, en el agua "Acá está el hotel tal, al lado, la hostería tal, más allá, el almacén de don fulano..." también mostrando algunos postes y techos y campanarios que emergen desde la superficie del agua. El documental cuenta con una breve pero contundente visita bajo las aguas, mostrando un poco de esta "Atlántida de los pobres".
La historia termina con Zucco, un artista de la iconografía balnearia, sin dudas un personaje muy querible, emocionado porque su obra cúlmine ("muy merecidamente", como él mismo lo considera) se encuentra expuesta en una sala del Banco Nación. Muy lúcido el tratamiento que el director hace de la humanidad de don Zucco, un auténtico filósofo de barrio.
En fin, sin dudas, Balnearios es un retrato popular, sin demasiadas pretensiones estéticas pero con una mística conmovedora, un material único en su especie, un paseo familiar (llevar sombrilla, heladerita, mate, pelota) por el esparcimiento veranigo de muchos de nosotros.
Atenti: están pasándola por ISAT en estos días. Yo la grabé en la compu, pero salió horrible, super comprimida. Si puedo mejorarla/volver a copiarla, la pongo en un torrent. (nah, no empiecen de vuelta con la perorata, "Balnearios" es patrimonio de la humanidad)
(a Julia, de Esporas, no le gustó mucho la peli, parece...)
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