The Fontanarrosa's Contact (2)

Esta mañana, luego de tomarme el atrevimiento de escribir una nota de recomendación para que mi coterráneao, contemporáneo, Roberto Fontanarrosa tenga el agrado de abrir el regalo enviado por el Blogu y no espantarse (jeje), me dispuse a partir.
Ya ensobrada y endatada, remitenteada, y especialmente adrenalinada, en la parada del 160/133 distrito centro, esperé como 5 lustros el advenimiento colectivil, que por esas cosas que sólo suceden en Rosario (tenemos problemas en la concepción espacio-tiempo, en especial en cuanto a tranporte público se refiere). Ya arriba del coelacanto bamboleante, que se detuvo en todos y cada unos de los semáforos como corresponde cuando una está apurada, que se comió todos y cada uno de los caminones de la basura (en Rosario somos muy limpitos, los camiones de la basura andan recogiendo un día martes a las 11 de la mañana, vieron...) y otros tantos obstáculos que tuvo que sortear, finalmente llegué a destino.

Ya parada en el domicilio enviado por el Blogu en un trabajo de logística sin precedentes (abrió la guía y voilá!), toco el timbre y nada. Nada de nada. De nuevo. No, esto no puede pasarme. En eso, salen unos chicos. Lindos chicos, lo cual aumenta sin más mi timidez y pudor. Pero tengo que arriesgarme, ya estoy jugada, ya el portero está llamado al 107 (salud pública). Les pregunto, mientras comienzo a atajarme del chaleco blanco: "Chicos, acá vive Fontanarrosa?". Una chica que venía en la manada se apiada de mí y me dice "No, se mudó". En ese momento vi mis intenciones frustradas, pensaba retirarme derrotada, entonces me dice "Es para dejarle ese sobre?" "Sí, sí, un sobre" ("no pienso arrojar mi cuerpecillo sobre él ni nada de eso" pienso). Entonces me dice la chica conmovida "Mirá, podés preguntar la nueva dirección de él en...." (y acá hago una pausa de suspenso necesario. A ver, dónde buscamos la dirección del negro Fontanarrosa? a dónde nos remitimos? a la comisaría más próxima? al registro de escritores contemporáneos? a wikipedia? al registro nacional de la propiedad? urbanismo? mmmh....) "Mirá, podés preguntar la dirección de él en.... ¡¡el bar de al lado!! es más, capaz que te recepcionan el sobre ahí mismo" confiesa ya y listo.

Agradecida y huyendo ante las inminentes sirenas de la ambulancia, voy al bar y hablo con el dueño. "Hola, me dijeron que vos podés saber la nueva dirección de Fontanarrosa". El tipo me miró, me miró de nuevo, dubitativo, pensó "es loca, pero parece inofensiva" y me dijo: "Si, es al lado de la parrilla tal y tal, un edificio nuevo, así y asá, no sé bien la dirección pero creo que es el numero tal, el piso tal, pero no sé, eh, yo no sé nada..." Me retiré como una flecha veloz, pensando que a este tipo tendremos que mandarle una sidra para fin de año o algo de eso, de la feliz data que me pasó. N de la S: ahora que somos íntimos amigos con Rober, no voy a estar pasando los datos de su nueva casa, no quiero que las pulgosas fans, grupies y pretendidos escritores novatos anden acosando a "mi" amigo personal...

Ya en la puerta del impecable edificio (era hora Rober, el otro estaba bastante baqueteado) le pregunto al impúber de seguridad (ah, menos mal que aún conservo algunas dotes de fémina que me dan ventaja en algunos momentos cruciales) si ahí vivía Fontanarrosa. Otra vez la mirada acechante, me dice "eeehhh... sí, tocale timbre, es el piso tal". La adrenalina al palo, qué emocioooooooonnn pooorr diooosss! Ring! y del otro lado "Si?" y yo, tratando de atragantarme las lágrimas y sin comerme las "s" replico "Buens días, traigos un sobres para el Sr. Robertos Fontanarrosas". A lo que la voz clarita del otro del portero me masculla "Dejáselo al portero, piba" sin más y ¡¡¡era éééééélllll!!! estoy segura, le conozco la voz, lo he visto en la tele, en la radio, en los libros, en los dibujos, le conozco el tonito de escritor genial! El impuber, que había escuchado nuestro apasionado diálogo, estira las manitos y le digo: "se lo podés alcanzar por favor", "Sí, claro, cómo no" ("mirame a los ojos" cretino, pienso) y entonces, entrego el paquete fantástico que el Blogu le manda y que ya se volvió también una cuestión personal mía y me fui. Me fui desesperada a buscar un cyber para escribir esto. Por supuesto (otra de las consecuencias espacio-temporales de Rosario, no habia ningun cyber en 25 cuadras a la redonda, cuando por lo general hay 2 o 3 por manzana, pero no...) y acá estoy.
En estos momentos, Blogu, siendo las 11:55 de la mañana, el tipo debe estar con tu regalo en sus manos. Esa!!

(Esta historia continuará, pero me parece que ya no depende de mí...) (o sí, ya le empiezo a encontrar el gustito de loca acosadora, jeje)