la tía y la vaca

Hace unos días estaba mirando canal 5, y de pronto aparece el "micro" de la señora de Siemienczuk auspiciado por una marca de condimentos que no recuerdo.

La cuestión que pensé: esta mujer es una eminencia, indudablemente es uno de los íconos de Rosario. Después de Olmedo y Fito, viene Nilda de Siemienczuk, o "la tía Menczuk" como siempre cuenta mi vieja que yo la llamaba cuando aprendí a hablar, después de aprender "mamá" y "papá" ya reconocía a la tía Menczuk, allá por el año 77. (también a "Cacalo", un vecino llamado Juan Carlos, ignoro de quién se trata)

Muchos lectores porteños y de otros lugares ignotos se preguntarán quién corno es la Sra. de Siemienczuk, bueno, yo les explico: era la ecónoma de Cotar en aquel entonces, y tenía un programa de cocina, uno de los primeros made in Rosario. Y fue muy famoso también un libro de cocina de su autoría que enseñó a cocinar a generaciones de mujeres (anque algún varón también): "Cocinando con Nilda de Siemienczuk". Acá tengo en mis manos una Quinta edición, del año 1976 aproximadamente, el libro está incompleto.

Digamos que nuestra Nilda puede equipararse a la Mirtha Legrand de los porteños, solo que Mirta está en la mesa y Nilda está en la cocina, preparando suculentas deliciosidades. Porque eso es algo que rescato de las recetas de Nilda: son cosas bien polentas, nada de esas comidas modernas light y sin colesterol. Acá en mi casa se hicieron muy famosas las del vitel tonné, la polenta con humita, la lasaña rellena, los profiteroles al chocolate, las masas secas, el merengue italiano, el lemon pie y otros manjares. Para mí que me gusta cocinar cuando tengo tiempo y cuando los comensales no son buitres voraces, el libro de la Siemienczuk es una biblia permanente de consulta.

El milagro aconteció!!
Sucede que cuando estaba recabando la información para escribir este post, me puse a hurgar en lugares inhóspitos de alacenas y afines y encontré las tapas del libro (toda la vida estuvo desvencijado y manchado de diversas comidas y aderesos) y en la tapa... libro auspiciado por Cotar... sí, se imaginan, en la tapa estaba ¡¡la vaca de Cotar!! Sí!!! como mis lectores asiduos sabrán, yo nunca creí en papá noel ni en el ratón perez, mi ídola máxima de la fantasía infantil era la vaca de Cotar que un día desapareció para siempre de mi vida y gracias a la Tía Menczuk la he encontrado! ¿Recuerdan mi post sobre el soliloquio de la pérdida de la vaca lechera? ¿Ah, no? bueno, hagan click acá para leerlo.

estoy emocionada, se nota? snif