yendo los saurios

viernes, 15 de junio de 2007

Me levanto y tirito de frío el agua se hierve los vidrios empañados, camino y me atropello las cosas me tuerzo las patas, no encuentro las fichas, los libros, miro la calle para el otro lado, equivoco la llave, no puedo contar ni hasta 5, no me doy cuenta de que todavía llevo puesto el gorro los guantes, pierdo el celu, como una tarta fria abollada dentro del tupper, "veo que tus labios se mueven pero no sé de lo que estás hablando!", veo, veo, veo un poquito y me cruzo de vereda al sol, un poquito de sol, veo un poquito de sol que amaga y se va, que tienta a seguir. Me imagino Amelie perdida jugando a las escondidas a los tropiezos del destino en la gélida Rosario de casas antiguas de calles anchas de ventanas con malvones que miran al norte.

Este finde prometo tomarme hasta la última gota de piel de iguana sobre la faz de la Tierra Luna. He dicho.

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