Sparkling 3, agua que no has de beber...
Finalmente, esta mañana volvió nuestro tan esperado ansiado pedazo de lomo vikingo técnico de Sparkling por tercera vez en la semana. Sí, 3 veces en la semana ya es todo un exceso para mí, se imaginan que mi sonrisa de oreja a oreja reluciendo mis hermosos dientes de coneja era imposible de ocultar, y más cuando La Loren, para hacerme la pata, se arrojó entre unos estantes de libros viejos y aburridos, como para salirse de circulación. Se hace dificil mantener una conversación en esas condiciones, y más si ambos estamos observando algo tan pelotudo como un dispenser de agua, como si eso mereciera algun tipo de conclusión o maravillamiento.
"Si sigue andando mal, me avisan y me encargo personalmente de arreglar este tema eh", me dice el tipo con la profesionalidad que lo caracteriza (mentira!!! el tipo está conmigo, estoy segura!) (si no fuera taaan cagona lo invitaría a salir, pero no sé cómo se hace!) yo le respondo: "Y... nos tendrían que enviar bidones nuevos..." "Listo, el martes o miércoles me encargo de traerte los bidones" "bueno, gracias, eh", todo muy serio, muy formal....
La Loren, que es bicha bicha casamentera, viendo la franca decadencia del diálogo, sale de su guarida y dice "Che, no vienen dispenser más chicos como para mesadas" y el tipo le da la explicación del catálogo disponible. Y entablamos una mini conversación sobre las propiedades del agua envasada, porque está probado que en los edificios jamás limpian los tanques y la gente se muere de revulsivas triquinosis, y si viviéramos en Japón peor aún porque hay niños ahogados en los tanques, que todo lo pudren y por las canillas salen pelos y uñas, como lo muetran todas las películas y documentales al respecto. En fin, el tipo se fue con el dispenser viejo chorreante a cuestas. Era lógico, lo hartamos, él, arreglador de Sparkling, nosotras bibliotecarias, no puede salir nada bueno de esa combinación tan aburrida... snif...
La Loren sostiene: el tipo está con vos, nena, te hubieras animado a algún párrafo aunque sea. Y bueno, no me sale, Loren, ver ese pedazo de lomo escultural me cohíbe, entendés?! no estoy acostumbrada a que la gracia divina sea tan generosa conmigo, por dioooss! (ay, me da escalofríiiitos de solo pensar! jaja!)
Entonces agrega: "Los hombres son así, mamita, siempre marcando el territorio, qué cosa increíble..." y se pone a patinar sobre el trapo de piso, secando la estela de líquido chorreante (que no era mi baba justamente) que el tipo dejó a su paso.
(La Loren usa guardapolvito de maestra de jardín de infantes, qué linda... ¡me cuida a mí!)
(La Loren me re quiere, eh, miren que lindo post)
(bueno, basta de flores, qué tanto...)
"Si sigue andando mal, me avisan y me encargo personalmente de arreglar este tema eh", me dice el tipo con la profesionalidad que lo caracteriza (mentira!!! el tipo está conmigo, estoy segura!) (si no fuera taaan cagona lo invitaría a salir, pero no sé cómo se hace!) yo le respondo: "Y... nos tendrían que enviar bidones nuevos..." "Listo, el martes o miércoles me encargo de traerte los bidones" "bueno, gracias, eh", todo muy serio, muy formal....
La Loren, que es bicha bicha casamentera, viendo la franca decadencia del diálogo, sale de su guarida y dice "Che, no vienen dispenser más chicos como para mesadas" y el tipo le da la explicación del catálogo disponible. Y entablamos una mini conversación sobre las propiedades del agua envasada, porque está probado que en los edificios jamás limpian los tanques y la gente se muere de revulsivas triquinosis, y si viviéramos en Japón peor aún porque hay niños ahogados en los tanques, que todo lo pudren y por las canillas salen pelos y uñas, como lo muetran todas las películas y documentales al respecto. En fin, el tipo se fue con el dispenser viejo chorreante a cuestas. Era lógico, lo hartamos, él, arreglador de Sparkling, nosotras bibliotecarias, no puede salir nada bueno de esa combinación tan aburrida... snif...
La Loren sostiene: el tipo está con vos, nena, te hubieras animado a algún párrafo aunque sea. Y bueno, no me sale, Loren, ver ese pedazo de lomo escultural me cohíbe, entendés?! no estoy acostumbrada a que la gracia divina sea tan generosa conmigo, por dioooss! (ay, me da escalofríiiitos de solo pensar! jaja!)
Entonces agrega: "Los hombres son así, mamita, siempre marcando el territorio, qué cosa increíble..." y se pone a patinar sobre el trapo de piso, secando la estela de líquido chorreante (que no era mi baba justamente) que el tipo dejó a su paso.
(La Loren usa guardapolvito de maestra de jardín de infantes, qué linda... ¡me cuida a mí!)
(La Loren me re quiere, eh, miren que lindo post)
(bueno, basta de flores, qué tanto...)
Etiquetas: ay el amor, mujeres, trabajo
4 Comentarios:
A la/s 3/15/2007 4:09 p. m., gen71 dijo...
Me alegro de que estés bein cueidada amiguita. Con tanta gente que te quiere nada puede salirte mal.
Adelante con el chongo de Sparkling!
Beso.
PD: Justamente hoy nos vinieron a colocar un dispenser de agua en nuestro piso (antes tenía que bajar un piso por un vaso de agua) En la oficina jodemos con la idea de que es para que nos movamos cada vez menos... se viene la sonda y el suero?
A la/s 3/15/2007 9:20 p. m., Calio dijo...
Apoyo a Don Gen71, adelante con el chon...el chico de Sparkling!!!
Que me hace, ud las tiene ASÍ de grandes asi que dele, dele.
Como me dicen en terapia, "¿qué es lo peor que te puede pasar? que te diga que no."
uuuuuuh, espero con ansias el proximo post...
Besos, cuidese
A la/s 3/21/2007 5:38 p. m., Anónimo dijo...
Cuidado con lo que deseas, no porque lo conseguiremos.
Sino porque al conseguirlo, estamos condenados a no desearlo más.
A la/s 3/27/2007 11:15 p. m., Juan Pablo Villaverde dijo...
mira....
..
jp
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