love is in the air

Decía la creencia popular que cuando una pareja se casaba con lluvia era un buen augurio, una buena señal. Anoche, a las 3 de la mañana cuando el viento de la terrible tormenta rosarina me despertó, en lo primero que pensé fue en ella, en ella y su vuelo, seguramente demorado por el temporal. En ella que se va con Carlos rumbo a su nueva vida a formar una nueva familia y qué pedazo de tormenta de puta madre que le auguria seguramente enormes felicidades, en una tierra lejana, la tierra de él. Y cuánto amor que hay que tener para dejar acá a la familia, a los amigos y amigas, a la profesión, a los laburos, a empezar de casi cero pero bien feliz y bien sostenida por su amor.
Casi increíble, casi utópico en estos tiempos, apostar todo al amor.
Mis mejores deseos desde el corazón para Flavia y Carlos en Brasil.


Por cierto, no se pierdan los blogs de ambos, en especial el de Flavia que trata de mirar con ojos argentinos la cercana/lejana cultura brasileña.

Flaca, te re re re re re re extraño y te re re re re re quiero, boludaaaaaa!!!!!