yendo los saurios

miércoles, 25 de enero de 2006

el edificio diabólico

Bien, supongamos que yo soy Rosemary Woodhouse. Y que Homero es Guy (Guy, no Gay) Woodhouse, la pareja protagonista de "El bebé de Rosemary" la extraordinaria película de Roman Polanski de 1968 (el/la que no la vio, merece power magia negra). Y bueno, ahora que la flia se ha agrandado y la tenemos a la Mini, supongamos que la Mini es la gata de la protagonista, ya que estamos...

Y bueno, supongamos que nuestro edificio es el edificio donde se muda la feliz pareja de recien juntados (perdón, casados). Que de paso les comento, ambos edificios son muy similares en arquitectura. Y acá se terminan las suposiciones, porque resulta que en nuestro edificio suceden cosas muy extrañas. Como en el edificio de la pobre Rosemary.

Por ejemplo, con Homero nos sentimos espiados. Pero jamás podemos descubrir a los ojos acechantes. Si están las cortinas corridas pero las persianas abiertas, sentimos que nos están mirando, así que nos vemos obligados a bajar las persianas. Pero no bajarlas "hasta ahí" porque creemos que por las rendijas, también se pueden ver nuestras sombras. Y lo más extraño, es que cuando nosotros miramos hacia afuera, nunca jamás vemos a las personas que están tras las cortinas o tras las persianas, sólo vemos aquellas que se dejan ver con disimulo (encubriendo sus planes malvados) por los balcones.

Otra cosa que nos sucede muy a menudo, es que no escuchamos jamas a nadie. Pero estamos convencidos de que a nosotros sí nos están escuchando, por eso siempre tratamos de hablar en voz baja salvo cuando nos puteamos y revoleamos platos. Eso sí que seguro se escucha, nos lo confirmaron los pibes de la otra cuadra, je.

Por tal silencio riguroso, con Homero-Guy hemos sacado algunas conclusiones:
  • Los vecinos simplemente no se escuchan. Y si nosotros no los escuchamos a ellos debido al grosor de las paredes, ellos tampoco nos escuchan a nosotros y es pura paranoia.
  • Los vecinos saben que se escucha pero como nosotros somos nuevos, no sabemos que se escucha y mientras todos hablan bajito a consecuencia de un entrenamiento de años, nosotros seguimos hablando a los gritos como buenos gringos en la estancia de extensiones kilométricas. Y por supuesto, todos están enterados de lo biiieeenn que nos llevamos acá.
  • Los vecinos son mudos. Hablan por telepatía, visten de negro, salen de noche al palier y asesinan a todo aquel que los descubra, previo chupar su sangre. Y por supuesto que están tramando fertilizarme con el hijo de El Maldito, y secuestrar a la Mini y convertirla en cabaretera barata. Y Homero nada, que huya despavorido les saldrá más económico que alimentarlo.
Algunos otros acontecimientos extraños que suceden a diario:
* Cada vez que llamo el ascensor, el mismo se encuentra en el piso 12.341, por lo cual debo esperar laaaargamente que llegue al 2º piso. Pero lo curioso, es que nuestro edificio tiene apenas 7 pisos a la vista de los mortales...
* Cuando estamos en la cocina, por la ventilación del lavadero, solemos escuchar a un vecino desconocido (lo asocio con uno que siempre encuentro haciendo los mandados, siguiendo mis pasos de cerca) tarareando "El manicero", para disimular alegremente los planes malignos que tienen para con nosotros. Pero no, no nos dejaremos tentar, atrás Satán!!

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4 Comentarios:

  • A la/s 1/26/2006 4:58 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    Cuidado con el portero, por lo general son siniestros o cuando menos, muy curiosos. Y ya que estamos cuidado con bush también....

     
  • A la/s 1/26/2006 7:12 p. m., Blogger sauria es una mutante! dijo...

    ni hablar! el portero merece un post aparte! como nos ha hecho unos cuantos "favores", cada tanto se cae con que necesita un compilado de pimpinela o de sandro, y como sabe que tenemos internet "enganchada" con el cyber de la esquina y que podemos bajar esa música extraña....

    mmmhhh.. mejor portarse bien con el tipo, je...

     
  • A la/s 1/27/2006 6:14 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    la mudanza no es una opción?

     
  • A la/s 2/01/2006 9:05 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

    prueben con agua bendita y si con eso no pasa nada, pasen al halopidol

     

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