El auto azul

Hoy les presento, en exclusiva para "Yendo los Saurios", a la Academia de Conductores de la cual ha egresado la gran mayoría de los rosarinos: "El auto azul". En exclusiva, una entrevista con Alfredo E. Laconchatumá, genial director de la Academia y autor del célebre best-seller "La ley de la Selva", donde explica paso a paso las 1.001 formas de vencer autos, ciclistas y peatones y salir airoso en la jungla rosarina.

-Don Alfredo, díganos, cómo adquirió sus asombrosos conocimientos y destrezas?
-Y, m'hija, yo a los 14 años ya le robaba el auto a mi padre para ir a correr picadas. Luego de eso fui a perfeccionarme a Europa...
-Ah, qué bien! Sus padres supieron ver sus dotes automovilísticas...
-Sí, claro, pero además fue una urgencia que yo me fuera, en una de las picadas me llevé puestas a unas chicas y tuve que disparar. Luego de un tiempo prudente volví, porque ya había prescripto ese delito...
-Ah, Ud. me hace acordar a un caso conocido...
-Y si, ha habido varios egresados de renombre en mi academia...
-Fantástico, continue, cuentenos, qué hizo cuando volvió?
-Y bueno, comencé a trabajar con un chevy azul con llamaradas rojas en los laterales, un chiche el auto ese. Ayudé a muchos pibes (buen link), jovencitos ellos, a salir airosos de situaciones complicadas, pero nada que no se pudiera solucionar con unos sopes por acá, unas manganetas por allá, alguna emancipación...
-Qué bien, don Alfredo, cuánto ha hecho por el tránsito de la ciudad...
-Sí, y en Buenos Aires también he tenido mis alumnos, no se crea...
-Sin duda, es Ud. un grande... Bueno, nos explica entonces, en exclusiva para "Yendo los Saurios", algunas de sus creaciones automovilísticas?
-Claro, como no, m'hija...

Entrada Triunfal

Un egresado de la academia no puede entrar al asfalto como si nada, eso no es digno para nuestra destreza. Para ello tenemos una gran jugada: entre a la calle haciendo una voltereta sin mirar atrás. Que los otros se den paso, que detengan su andar sólo para verlo entrar. Meta la trompa. Si se trata de otro egresado de la cadademia, sabrá reconocerlo gritando mi honorable nombre: "Eh, Laconchaetumá!", a lo cual respondemos con un bocinazo prolongado.

La gran estacionada

Si va a estacionar, obviamente en el cordón derecho de la calle, vaya circulando por la mano izquierda y pegue sutilmente el volantazo encerrando al auto que viene a su derecha. Este movimiento de destreza es ideal para colectivos y taxis que levantan pasajeros.

Paso Doble

Para esta proeza necesitamos dos egresados, uno de ellos (referencia 1) tiene que ir a baja velocidad en la mano rápida, hablando por teléfono o bien, si se trata de un proveedor, leyendo un remito. El otro (referencia 2) toca bocinazos con insistencia (se reconocieron!) en señal de saludo y volantea para pasar por la derecha, adelantándose a los autos que vienen por la mano más lenta, que deberán clavar sus frenos también en señal de honorable saludo.

The big rodeo

En esta ciudad es completamente lícito doblar en "U", pero para darle un toque extra de adrenalina, si va a girar a la izquierda, que sea desde la mano derecha. Probablemente el auto que viene por la mano rápida no lo vea porque no tiene espejo para ese lado, así que deberá actuar con celeridad y precisión, escuchará un "Eh, Laconchaetumá!" en señal amistosa.

Bonus track: ciclistas y peatones
El aletazo

En el tránsito solidario que tenemos acá en Rosario, qué más quisiéramos que cobijar a un ciclista bajo nuestras alas? Para ello tenemos "el aletazo", que consiste en abrir de golpe la puerta del auto justo en el momento en que está circulando un ciclista (ya sea en bicicleta o motocicleta). Como también hemos capacitado muchos ciclistas, es probable que también escuche el saludo de cortesía que nos identifica.

En la buena senda

Finalmente, no podíamos dejar de lado a los queridos peatones, aunque ellos merecen un capítulo aparte. Pero he aquí un accionar simple y fructuoso: "En la buena senda" cuya premisa es la siguiente: "Si el peatón cruza por la buena senda, yo también me quiero cruzar en ella", qué mejor manera de entrar en comunión con el peatón. El peatón se verá obligado a dar un rodeo, algunas veces en señal de saludo puede llegar a palmear el capot del auto.

Hasta aquí, amigos y amigas de "Yendo los Saurios", los increíbles consejos de un experto en el tránsito rosarino, el cual cada día suma más buenas causas en su haber...





(Perdón por el humor negro al respecto de los cruentos asesinatos ocurridos en las calles de esta ciudad, son muy pocos los conductores que respetan las normas de tránsito y el resto se está matando en cada esquina)