ticket to ride

Finalmente y luego de arduas negociaciones, arreglé así con la gente de Uruguay: yo voy en colectivo, pero vuelvo en avión. Insisten, insisten en pagar el avión, por dios, como si me hicieran un favor. La piba organizadora me terqueaba que la frontera, que el corte de rutas, que las papeleras, que no pueden hacerse responsables de mi arribo a Montevideo en tiempo y forma. Y yo, tranquilizándola, que no se preocupes, que también estoy en contra de las papeleras y de la caza de ballenas y el desmonte del amazonas, asi que cortaré la ruta un rato, patearé algunos autos y cuando disipe el humo de las llantas me subo al bondi y seguimos el viaje. O bien, já, sana costumbre, me empastillo y babeo toda la noche a mi compañero/a de asiento y que me despierten en la terminal de Tres Cruces. Qué lindo.

Ahora sí, amigos/as, no me esperen de vuelta, porque las opciones son: 1- amo a Montevideo y seguramente me enamore de algún montevideano y sea amor a primera vista y for ever and ever comiendo perdices (no vuelvo) o bien 2- perdida sin rumbo en la cinta infinita del equipaje en el aeropuerto Carrasco mirando desconcertada el extraño no-lugar que desconozco (no vuelvo) o bien 3- Aplastada por un montacarga por quedar boquiabierta lenguafuera mirando el techo sin escuchar el pip-pip-pip del recule del bicho (no vuelvo), o bien 4- Despegue, ay qué miedo, el piloto dice "nos acercamos a una zona con pterodáctilos asesinos y moriremos todos, lo siento" (no vuelvo) (o capaz que sobrevivo como los del "Lost", búsquenme en el delta, quiero a mi mami!) o bien 5- tortazo en la congestión avionística de aeroparque que están todos locos con esos aviones que van y vienen y que nadie controla (no vuelvo), snif...

Obvio que no voy a mirar ese tipo de películas alarmistas de serias denuncias al sistema aéreo como "Y dónde está el piloto" que cuenta sobre cosas terribles que pasan en los vuelos y sobrevuelos y donde la gente se vuela por las escotillas (¿?) o se prende fuego una turbina y me muero de miedo de terminar en los Andes morfándome el tujes congelado en fetas de una gorda que se sentaba adelante.

Pensaba: a la ida con jogging, zapatillas, camiseta, buzo, campera, ruana, siempre me cago de frío en esos colectivos de mierda, o bien si el animal del conductor (siempre son medios animalescos estos tipos) (momento, estoy empezando a leer el frío/calor de aire acondicionados y estufas como punto estratégico en la lucha de los sexos: ellos quieren rompernos el termostato a toda costa, já, las mujeres siempre somos más débiles en los cambios climáticos), decía que capaz que el animal del conductor pone la calefacción en "welcome to hell" y termino el viaje en patas, corpiño y calzones, nunca se sabe...

Y pensaba: a la vuelta, qué mierda me va a importar lo que me ponga si moriré de todas maneras! ¿frío? ¿calor? que más da, con que tenga el suficiente oxígeno me alcanza y me sobra! ay ay ay mi vértigo, yo me subo a una silla y me mareo! (ya sé, pastillas y al sobre, que me despierten en Fisherton o en la jungla, quiero a mi mami!)

(y estas pibas organizadoras se creen que me hacen un favor, por dios! si me quieren hacer un favor que me den la guita del pasaje que pago el alquiler, qué barbaridad...)
(el lunes les cuento, si sobrevivo, ay)

(ay la puta madre que no puedo ni mirar estas imágenes... no me voy a animar, no me voy a animar!!)