yendo los saurios

lunes, 7 de marzo de 2005

mujeres

Quiero regalarles, queridas mujeres, un poema. No es un poema mío, pero en cierta manera me espeja como mujer. No es el poema de otra mujer, es un poema de Pedro Aznar, que más allá de si músico o escritor, es una querida persona con una percepción increíble del mundo. Y de eso se trata este poema, de la percepción del cuerpo y del alma y del arte, y a pesar de no delimitar sexos o géneros, este poema, estoy segura, espeja a las mujeres.

Mi cuerpo,
prodigio de alerta
a las señales de la vida,
proa hacia el asombro del pasaje.
Nuestro cuerpo,
este sur hermoso y maltratado,
bendito de frutos, tantas veces
profanado
por la mano de los hombres.

Mi alma,
paloma que creía
no tener dónde posarse
hasta entender el aire,
su destino.
Nuestra alma,
canción de amor
canción de anhelo
grito de guerra ante el pillaje,
palabra imprescindible
de la voz del mundo

(Pedro Aznar, octubre de 1998)

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